Estas son las principales conclusiones de un estudio espa�ol reciente, llevado a cabo por investigadores de la Unidad del Sue�o del Hospital Quir�n, en Valencia. Entre las 1.500 encuestas realizadas a escolares de esta comunidad, otros datos apuntan que solo un 19% de los adolescentes de 12 a 15 a�os se acuesta a una hora determinada cuando al d�a siguiente tiene que ir a estudiar y casi el 9% de los escolares de 6 a 8 a�os se queda dormido en la cama cuando deber�a despertarse. Los investigadores achacan este cambio de h�bitos a una paulatina relajaci�n de las normas que regulan la vida cotidiana de los m�s peque�os y que, en los �ltimos a�os, ha afectado incluso a los l�mites horarios para ir a dormir.
M�s trastornos del sue�o
Muchos procesos biol�gicos ocurren de noche. El descanso nocturno provee al cuerpo de su necesidad diaria de restituci�n y recuperaci�n fisiol�gicas. El d�ficit cr�nico de esta "tregua" se asocia desde hace muchos a�os al fracaso escolar, porque los ni�os se duermen o no atienden en clase, est�n muy cansados, registran ausencia de concentraci�n, falta de control o impulsividad. El descanso ineficaz tambi�n se ha relacionado con un aumento de peso, tanto en la infancia como en la adolescencia y la adultez.
De la misma manera, la falta constante de sue�o puede provocar la persistencia de trastornos como pesadillas o sonambulismo: m�s de la mitad de los adolescentes que particip� en el estudio reconoci� que sufr�a las primeras m�s de una vez por semana. Si bien ambas condiciones tienden a superarse con el paso de los a�os (los expertos creen que se debe a la propia inmadurez del sistema nervioso central durante la ni�ez y a factores gen�ticos), el aumento en su frecuencia puede empeorar el estado funcional del organismo durante el d�a.
Sonambulismo
El sonambulismo es el trastorno m�s habitual que sufre una persona. Es m�s prevalente en la infancia y, mientras ocurre, el afectado est� dormido, aunque es capaz de levantarse de la cama con los ojos abiertos y realizar alguna tarea sencilla, deambular por la casa, hablar o chillar. M�s all� del peligro que reviste chocar contra alg�n objeto o caerse, no es una afecci�n grave. A menudo son episodios breves, de pocos minutos.
Tampoco provoca secuelas mentales ni deja huella en el subconsciente y la actividad f�sica que lleva impl�cita no implica que el ni�o deje de descansar. A la ma�ana siguiente, se levanta como si nada hubiera ocurrido. Si se les pregunta, los afectados responden de manera lenta o no responden. Si se les devuelve a la cama sin despertar, rara vez recuerdan el evento. Los ni�os mayores, que pueden despertarse de forma m�s f�cil al final de un episodio, a menudo se sienten avergonzados por el comportamiento (sobre todo si no era apropiado).
Este trastorno no tiene ninguna relaci�n con anteriores problemas del sue�o, dormir solo o acompa�ado en una habitaci�n o con el miedo a la oscuridad. Los expertos han sugerido que la mala calidad del descanso nocturno entre los 4 y 5 a�os, sufrir despertares frecuentes durante el primer a�o de vida, es un factor de riesgo que favorece esta parasomnia.
Para tratar este trastorno, a menudo, solo es necesario mejorar los h�bitos en el momento de irse a la cama. Si el problema se agrava o persiste durante la adolescencia, es necesario consultar a un especialista. Para minimizar los riesgos del peque�o son�mbulo, se recomienda proteger el entorno para que no se haga da�o y asegurarse de cerrar bien puertas y ventanas para que no se vaya o pueda caer, as� como quitar objetos puntiagudos o fr�giles cercanos a la cama.
M�s pesadillas sin rutinas
Las pesadillas, m�s frecuentes tambi�n en ni�os que en adultos, causan fuertes sentimientos de miedo, terror, angustia o ansiedad. Adem�s de la falta de rutinas de descanso o del estr�s, pueden estar provocadas por multitud de factores, como la apnea del sue�o, eventos traum�ticos (muerte de un ser querido), sensaci�n de inseguridad, angustia, consumo excesivo de alcohol, efectos secundarios de f�rmacos, enfermedades, fiebre o dolor e, incluso, suceden por comer justo antes de ir a la cama, entre otros motivos.
Para prevenir cualquier trastorno del sue�o durante la infancia, es necesario seguir unas pautas estables: ir a la cama y despertarse siempre a la misma hora, adem�s de descansar las horas suficientes. Los rituales antes de ir a dormir tambi�n son importantes, como que el peque�o se acueste con alg�n objeto tranquilizante, como un mu�eco, o se le lea un cuento. Pero los padres deben ser cuidadosos y dejar claro que hay un momento en el que se apaga la luz y se debe dormir.
Como los ni�os no identifican con facilidad el motivo desencadenante de sus pesadillas, el papel de los progenitores es fundamental. Hay que tranquilizarles, dar seguridad y aportar un rato de calma antes de acostarse (sin televisi�n o im�genes que les puedan causar temor). En caso de que sean recurrentes, se puede incitar al ni�o a hablar sobre ello y a representarlo en la realidad, pero con un final feliz. Este trastorno no es un problema para el desarrollo infantil ni para la salud. Si se sufre de manera frecuente, se mantienen a lo largo del tiempo o es un impedimento para llevar a cabo actividades cotidianas con normalidad, se recomienda consultar con un profesional para que eval�e si hay alg�n problema emocional o f�sico que tratar.
Desde | Consumer, Por N�RIA LLAVINA RUBIO
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