La presencia de compuestos qu�micos t�xicos en la poblaci�n general salta a los medios de comunicaci�n con cierta frecuencia. En ocasiones, se asocia a la leche materna, debido a que �sta se utiliza como indicador de la contaminaci�n ambiental (ya que los contaminantes liposolubles pueden medirse con mayor facilidad en la leche materna que en otras partes del organismo, no porque est� m�s contaminada).
Pero la leche materna s�lo refleja la situaci�n de la comunidad, no es un problema de las mujeres que amamantan, como afirma la Asociaci�n Espa�ola de Pediatr�a en un comunicado reciente. En este sentido, la decisi�n de amamantar debe ser promovida y protegida a la vez que se trabaja para eliminar los compuestos qu�micos que contaminan los alimentos, el agua, el aire y los productos que usamos.
La AEP ha establecido unas recomendaciones para reducir la exposici�n a los contaminantes ambientales, no s�lo para las madres lactantes, sino para toda la poblaci�n, aunque movidos por la preocupaci�n por la influencia que esa asociaci�n lactancia-contaminaci�n pueda tener.
C�mo ayudar a reducir el nivel de contaminantes qu�micos en el organismo
- Reducir el consumo de grasas animales, ya que muchas de las sustancias qu�micas t�xicas se encuentran en concentraciones elevadas en la grasa animal. La reducci�n en la ingesta de grasas animales se recomienda iniciarla en la primera infancia, a partir de los dos a�os de edad, ya que muchos compuestos qu�micos t�xicos se depositan en el cuerpo, especialmente en el tejido adiposo, durante d�cadas.
- Se recomienda comer una variedad de alimentos que no sean de origen animal (frutas, vegetales, legumbres, granos), quitar la piel y el exceso de grasa de las carnes y aves de corral y elegir las variedades sin grasa o bajas en grasa de alimentos procedentes de animales, como leche descremada, el pollo, la carne y los pescados magros.
- Es especialmente importante evitar comidas procesadas a base de carne picada y sobrantes, como las salchichas, mortadela, perritos calientes y preparados de carne enlatada, los cuales tienen un contenido muy alto en grasas animales.
- Lavar y pelar las frutas y hortalizas para eliminar posibles residuos de plaguicidas. Siempre que sea posible, consumir alimentos cultivados sin fertilizantes o pesticidas.
- Reducir el consumo de peces de agua dulce, por el riesgo de que provengan de aguas contaminadas y de peces marinos grandes depredadores, como el pez espada y tibur�n, ya que pueden contener mayores niveles de mercurio y otros contaminantes qu�micos. Ya vimos hace unas semanas las recomendaciones de la Agencia de Seguridad Alimentaria al respecto, prohibiendo el consumo de pez espada, tibur�n, at�n rojo y lucio a las mujeres en edad f�rtil, embarazadas o en per�odo de lactancia y ni�os menores de tres a�os. La AEP aconseja consumir preferentemente pescados peque�os, como la sardina.
- Limitar la exposici�n a productos ahumados y productos cultivados cerca de incineradores, ya que algunos procesos industriales, especialmente el quemado y la incineraci�n, producen dioxinas.
- Disminuir la obesidad infantil. Por las razones antes se�aladas, los ni�os obesos tienen mayor riesgo de acumular compuestos qu�micos t�xicos en su tejido adiposo.
- Evitar una p�rdida exagerada de peso materno durante la lactancia, que conllevar�a una mayor movilizaci�n de los compuestos t�xicos acumulados en el tejido adiposo hacia la leche materna.
- Utilizar envases de vidrio o cer�mica para alimentos, biberones, tetinas y vajillas para ni�os. Los ftalatos y el bisfenol A empleados en la fabricaci�n de algunos pl�sticos (aunque en Europa se ha prohibido recientemente) pueden tener efectos adversos en la salud, para evitar la exposici�n a esos compuestos se recomienda: sustituir los envases de pl�stico por envases de vidrio o cer�mica, no introducir envases de pl�stico en el microondas ni en el lavavajillas, no envolver alimentos en rollos de pl�stico y evitar los alimentos enlatados, especialmente los que se presentan en latas de conserva con recubrimiento interior de pl�stico.
- Evitar la exposici�n al humo del tabaco y alcohol. Se ha comprobado que los niveles de contaminantes son mayores en las personas expuestas al tabaco y en las que toman bebidas alcoh�licas.
- Limitar la exposici�n a pesticidas, pinturas a base de plomo y productos qu�micos comunes que pueden contener compuestos t�xicos, entre los que se incluyen: algunos disolventes de pinturas, colas a base de agua, productos para la limpieza de muebles, esmalte de u�as, vapores de gasolina y los plaguicidas que se emplean en las casas y en los jardines.
- Evitar la limpieza en seco de prendas de vestir. Cuando tenga que hacerlo, retire la cubierta pl�stica de la ropa de la tintorer�a lo antes posible, y ponga al aire las prendas de vestir en una habitaci�n con las ventanas abiertas durante 12-24 horas.
- Evitar la exposici�n laboral a contaminantes qu�micos y tratar de conseguir en el lugar de trabajo normas de seguridad qu�mica para todos los empleados, especialmente mujeres embarazadas y mujeres lactantes (IBFAN 2000).
La leche materna sigue siendo lo mejor
En cualquier caso, recordamos que la leche artificial s� se contamina con cierta frecuencia y provoca problemas de salud en los beb�s intoxicados. Y que aunque la contaminaci�n est� afectando a la leche materna (como a la calidad del semen y como a todo nuestro organismo), lo m�s recomendable sigue siendo dar de mamar al beb�, como se�ala rotundamente la AEP:
La leche materna es el alimento m�s sano y menos contaminado del planeta en t�rminos de seguridad alimentaria para la infancia. Los beneficios de la lactancia materna superan claramente cualquier riesgo para la salud asociado con los contaminantes qu�micos presentes en la leche materna.
La contaminaci�n ambiental no es un problema de la lactancia materna, es un problema de salud p�blica muy grave que requiere una mayor atenci�n por parte de toda la sociedad, tomando como ejemplo pa�ses que han actuado poniendo freno a la contaminaci�n y mejorando la salud de la poblaci�n a consecuencia de ello.
V�a | AEP
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